Regresando a casa de una escapada de fin de semana por la comarca de Matarraña en Teruel (aconsejable, sin ninguna duda) he pasado por Morella.
Encontrar esta pared cubierta por los nombres de todas las mujeres asesinadas por violencia de género ha supuesto un brusco regreso a la realidad, una realidad triste, ineludible y pertinaz que no se toma vacaciones.
Con el año a punto de terminar, no quería dejar de recordar una lacra que también desde el ámbito educativo hemos de contribuir a erradicar. Ojalá un día dejemos sin palabras a estos muros que nos avergüenzan como sociedad.
Algunos datos:
https://violenciagenero.igualdad.gob.es/wp-content/uploads/VMortales_2024_10_23.pdf
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